21 Dic 2015

Lactancia materna — Crisis de crecimiento

Estas situaciones, rompen la normalidad,  preocupan e inquietan a las madres que en muchos casos tienen escasa o nula información sobre la lactancia.
Si no se sabe qué pasa, si se desconoce qué está ocurriendo, se tiende a pensar en el gran mito de la lactancia: «no tengo leche».

El desconocimiento de estas situaciones, habituales en la lactancia materna, produce que cuando una mamá está viviendo una de estas crisis, la lactancia esté en riesgo.

Es importante entender que las edades que a continuación se detallan son orientativas. Cada bebé es un mundo.
Los bebés prematuros viven las crisis en su edad corregida.

He aquí una revisión de las crisis o momentos que se producen en la lactancia:

Crisis de los 15-17 días:

Es la primera sorpresa, y llega pronto, los bebés aumentan su demanda de manera exponencial y sorprendente:

● Quieren mamar sin interrupción todo el día.
● No se sueltan del pecho y si lo hacen vuelven a pedirlo en pocos minutos.
● No descansan ni permiten que la madre lo haga.
● La madre siente los pechos blandos y cree que no tiene leche.

¿Qué está ocurriendo?
El bebé debe aumentar la producción de leche de su madre y la única manera de conseguirlo es mamar de manera ininterrumpida durante varios días.
De esta manera la producción de leche de la madre aumenta y él puede recibir toda la leche que necesita.
El bebé, a veces toma tanta leche que tiende a regurgitar, pero aún así sigue pidiendo leche.
No pasa nada por seguir su ritmo, incluso con las regurgitaciones.
No es adecuado darle chupete o suplemento ya que las dos cosas interfieren en la normalización de la producción de leche.
En dos o tres días el aumento de demanda termina y se normaliza.

Crisis de las 6-7 semanas:

La lactancia funciona perfectamente y, de repente, los bebés empiezan a mamar diferente y a protestar mientras maman:

● Maman de manera inquieta, lloriqueando.
● Tiran del pezón.
● Se arquean y tensan espalda y piernas.

En esta etapa se produce una modificación temporal en la composición de la leche.
El cuerpo de la madre deja de fabricar leche de transición para fabricar leche madura.
Este cambio altera temporalmente algunos minerales de la leche y esta adquiere un sabor más salado, diferente.
El bebé nota esa diferencia y reacciona ante ello con enfado.
Afortunadamente esta situación dura pocos días.
El sabor de la leche se normaliza y el bebé vuelve a tener su comportamiento habitual en el pecho.
No hay nada que se pueda hacer por acelerar el proceso.
Sacarse leche y tirarla no resulta adecuado ni recomendable.

La crisis de los 3 meses:

Quizá sea la más compleja de las etapas de la lactancia materna puesto que afecta a la madre y al bebé.
Durante esta crisis, al no comprender la madre qué está pasando, se producen muchos abandonos de la lactancia.

● Llora y protesta durante unos minutos al inicio de la toma.
● El bebé ha aprendido a mamar muy rápido y termina la toma en dos o tres minutos.
● La madre le ofrece el pecho, incluso el pecho contrario, pero el bebé rechaza mamar.
● Se distrae con nada, prefiere ver el mundo a mamar: se suelta del pecho para ver lo que ocurre a su alrededor.
● Cuando está tranquilo mama y sonríe a su madre
● La madre siente el pecho blando y cree que no tiene leche
● El bebé sólo mama con tranquilidad durante las siestas o durante la noche donde hace tomas largas y plácidas

Se tarda aproximadamente un mes en normalizar la situación.
Los meses previos a la crisis le han servido al bebé para aprender a mamar y lo hace con efectividad , por lo que el tiempo de las tomas se reduce.
En primer lugar, la glándula empieza a funcionar como un reloj y sólo fabrica leche cuando el bebé lo pide.

Esto conlleva que desde que el bebé empieza a succionar hasta que recibe la leche pasan unos dos minutos, pero que dos minutos, el bebé se desespera al no tener la leche de manera inmediata.

Hemos de tener en cuenta que el bebé crece y con él su cerebro y sus capacidades.
Empieza a ver más allá de un rostro y un pecho, desea prestar atención a todo lo que le rodea.
Sólo mama con tranquilidad cuando duerme, lo que en ocasiones lleva a pensar a las madres, equivocadamente, que quizá el bebé rechaza su pecho.
En este momento muchas madres optan por dar un biberón al bebé que lo devora en pocos segundos creando aún más confusión.
Hay que aclarar que hasta los 4 meses los bebés no son capaces de mostrar saciedad (no saben apartarse para indicar que no quieren más)
Pueden tomar cantidades de leche que no necesitan.

Crisis de los 4 meses:

Esta crisis no es por culpa del pecho, no es ningún aumento de la producción, ni ninguna modificación del sabor de la leche.

Se produce por otras causas y amamantar al bebé ayuda a superar este periodo.

● Los bebés aumentan los despertares nocturnos
● En las tomas nocturnas se muestran demandantes y nerviosos
● Las madres creen que el bebé se queda con hambre o que no tiene leche suficiente
● Se les aconseja empezar con leche artificial o con cereales para dejarlos llenos

¿Qué está pasando?
En primer lugar, este aumento de demanda no se produce por hambre.
Los bebés nacen sólo con dos fases de sueño y sobre los 4 meses aprenden las fases que les faltan.
Este hecho produce que pasen más rato en un estado de sueño ligero que les lleva a aumentar el número de despertares nocturnos.

Cuando despiertan comprueban que todo va bien y nada mejor que estar cerca de mamá y mamar un poco.
Es importante decir que no por darles biberones con leche artificial y cereales los bebés duermen mejor ni duermen más.

Crisis de los 8-9 meses:

En esta crisis tampoco la lactancia es la culpable.

● Los bebés reclaman la atención constante de su madre todo el día
● De día maman con cierta normalidad
● De noche aumentan la demanda
● Despiertan angustiados llorando y quieren mamar
● Las tomas nocturnas se vuelven eternas, no quieren soltar el pecho.

Está pasando que:

Los bebés crecen y maduran,
A los 8 meses entran en una etapa complicada: conocida como “angustia por separación”.
Empiezan a entender que su madre y él son seres diferentes, que hay momentos en que mamá puede no estar y eso le preocupa.
La manera de tener a mamá cerca es pedir pecho, mamar y poder tranquilizarse.
Eliminar el pecho a esta edad, no ayuda a que superen esta etapa tan complicada emocionalmente para ellos.

Crisis del año :

● Los niños empiezan a dejar de comer.
● Pasan el día picando comida pero siguen mamando mucho.
● Piden teta a su manera, que no siempre es la más discreta y amigable.
● Se culpa al pecho de dejar sin hambre al bebé y ser la causa de que el niño coma tan poco

En realidad lo que está pasando es que los niños dejan de comer porque su velocidad de crecimiento se ralentiza, pero no dejan de mamar
¡Y menos mal!
La leche materna cubre sus necesidades nutricionales en esta etapa y al contrario de lo que se suele opinar, no dejan de comer porque tienen el pecho.
El pecho no les quita el hambre ni les perjudica.
El pecho les mantiene bien, hasta que entre los 15-18 meses vuelven a crecer y empiezan a comer más.

Crisis de los dos años:
Cuando llegas a los dos años de lactancia nadie te avisa que vas a vivir una situación compleja:

● El niño no pide,¡ exige!
● Mama con mucha frecuencia y mucho rato, parece un recién nacido

● La madre se siente sobrepasada por ese comportamiento exigente y demandante

¿Qué pasa?
Pues que tiene dos años.
Lo vemos mayor e independiente.
Se ve capaz de hacer muchísimas cosas por sí mismo, pero al mismo todo lo que hacen le causa miedo e inseguridad.
Pedir pecho es su refugio, su salvavidas… el pecho le ayuda a vivir esta situación con más tranquilidad y seguir creciendo física y emocionalmente.
Hay que reconocer que para las madres también es una etapa dura.
Una vez superada esta, ¡ no hay más crisis ! (como si hubieran sido pocas).

mamar es la mejor manera para saber que al bebé todo le va bien

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